viernes, 28 de marzo de 2014

Los Grandes Olvidados de la Historia

FRANCISCO ROS

Uno de los mas grandes estadistas del siglo 19 y principios del 20. Ningun politico de nuestros tiempos puede asemejarse a hombre como Francisco Ros. A pesar de no ser nacido en Minas, dio a esta ciudad y este departamento una importancia mayuscula para el desarrollo del Uruguay.


Senador, diputado, topógrafo e historiador, de múltiple y vasta labor intelectual.
Hijo de un comerciante catalán de su mismo nombre y de Juana Rivero, de Maldonado, era nacido en Montevideo el 10 de abril de 1855.
Desde joven, no sólo demostró buenas condiciones de estudiante en el colegio de los Escolapios, sino también afición al dibujo, que le permitió obsequiar al coronel Angel
Muniz con un retrato hecho de su mano.
Recibido de Agrimensor en el año 1872, colaboré en la revista del Club Universitario y vinculado después al Ateneo, figuró en sus Juntas directivas y fué desde la tribuna de esta casa donde principió la campaña iva que iba a orientar toda su vida: la solución por las costas del Este del problema de la vialidad nacional, estableciendo un frente marítimo atlántico cuyo centro debía estar en el puerto de la Coronilla, en el departamento de Rocha.
Blanco y luego nacionalista, participó en trabajos revolucionarios contra el gobierno de Santos en 1886, estando emigrado en el Brasil
Fundador, con los doctores Gil y Fiaggio, del diario "La República”, aparecido en 1807, no figuró en cargos políticos hasta la presidencia del Dr. Herrera y Obes en el año 1891,
en que vino de diputado por el departamento de Cerro Largo a la l7 ª legislatura, como candidato que prestigió y votó un "Centro Nacionalista Autonomista", presidido por Juan Collazo, caudillo local vinculado al coronel Justino Muniz. No fué reelecto, pero reingresó a la cámara en la legislatura 19ª, durante la presidencia de Idiarte Borda.
La revolucion nacionalista de 1897 y sus inmediatas derivaciones influyeron en la orientación política de F. ROS dentro de las filas partidarias, lo llevaron a figurar en 1898 entre los enemigos del mismo régimen en cuya legislatura había formado.
Derrocada la Asamblea Nacional por Juan L. Cuestas, presidente del Senado en ejercicio del Poder Ejecutivo, por el golpe de fuerza del 10 de febrero de 1898, el dictador le reservó, en e1 Consejo de Estado que se creaba con igual fecha, el puesto
número 29 en la lista que incluía treinta ciudadanos nacionalistas y constitucionalisas.
Volvió a la cámara como diputado por Treinta y Tres el año 1902, pero con motivo del alzamiento en armas de su partido en 1904, se le declaró cesante el 27 de agosto.
Senador reelecto por Rocha en 1907, hizo dimisión de su banca tres años después por motivos políticos. Volvió a ser diputado por Montevideo en el trienio 1020 - 1923, y en 1929 ocupaba de nuevo la senaturía de Rocha en calidad de suplente.
Una bibliografía que consta de varios títulos, entre los que predominan los atinentes con la vialidad del Este, probarán en cualquier tiempo el espíritu de trabajo que animó a este ciudadano meritísimo, constantemente al servicio del país.
A estos escritos especializados se añade todavía el fruto de sus excursiones por el campo de las investigaciones del pasado nacional, habiendo sido el primer presidente del Instituto Histórico y Geográfico, al organizarse esta casa de estudios en 1913.
Cartógrafo, dibujó con mano prolija múltiples planos y mapas, y, cultor de letras puras, dió a la imprenta, bajo el seudónimo de Alvaro Zapicán, una novela de ambiente
criollo y corte naturalista titulada "Del Linaje", ensayo que, pese al aspero sentido de proselitismo político que en él campea, es muy superior en todo sentido a otras que
han logrado sobrevivir, aunque sea en el recuerdo.
Falleció en Montevideo el 23 de junio de 1931.

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